El río Atuel está ubicado en la provincia de Mendoza, en Argentina. Es visitado por miles de turistas de todo el mundo debido a la belleza de sus paisajes y, sobre todo, por el particular cañón que forma en la Sierra Pintada.

Sin embargo, muchos no conocen la gran importancia que este río tiene para la población local y lo imprescindible que resulta en uno de los lugares más áridos del país.

En este artículo, te contamos todas las características de este río único. Además, te presentamos la historia de Mariana Bollati y Pierre Heistein, viajeros que se propusieron recorrer el río en toda su extensión.

Río Atuel: características

El río Atuel es un afluente del río Desaguadero que recorre el sur de la provincia de Mendoza y llega hasta el noroeste de la provincia de La Pampa, en Argentina. El cauce del río comienza a una altura de 3500 metros, alimentado por el deshielo de algunos glaciares de la Cordillera de los Andes. Su extensión total es de aproximadamente 700 km.

Vista subacuática del Río Atuel

El nombre de este río proviene del vocablo puelche Latuel, que significa “El alma de la tierra”. Esta denominación no es casual, ya que el río posee gran importancia para la región. En su recorrido, se han construido una serie de diques y embalses que permiten aprovechar el agua. Esto permite la supervivencia en una ciudad rodeada por desiertos.

Otra de las características esenciales de este río es que presenta grandes pendientes. 45 kilómetros separan el primer dique (El Nihuil) del Rincón del Atuel, durante los cuales se recorren 580 metros de desnivel.

Cañón del Atuel

La zona del Cañón del Atuel es la más frecuentada por el turismo. Se trata de un cañón de unos 50 km de longitud que comienza a formarse pocos metros río abajo del embalse El Nihuil y desemboca luego del Embalse Valle Grande, a unos 35 km de la ciudad de San Rafael.

Este estrecho cañón se origina por la erosión fluvial que provoca el curso del río Atuel, sumada a la erosión del viento. Aunque tiene algunas zonas más bajas y otras más altas, su profundidad promedio es de 250 m.

Los paisajes que se forman en esta zona son realmente encantadores. El agua del río adquiere un color verde brillante y permanece rodeada de inmensos paredones de piedra en donde se pueden descubrir sedimentos de diferentes minerales y rocas volcánicas. La vegetación circundante también es admirable, con abundante flora y fauna.

Paisaje de montaña en el Cañon del Atuel

Asimismo, la región es muy reconocida entre los amantes del turismo de aventura, ya que a lo largo del río se forman zonas de rápidos ideales para deportes acuáticos como el rafting. Allí se realiza la popular competencia denominada pentatlón, que combina:

  • Windsurf
  • Kayak
  • Ciclismo
  • Moto enduro
  • Pedestrismo
  • Escalada deportiva
  • Rafting

Diques y embalses

Una de las razones por las que el río Atuel ha adquirido especial relevancia es por la presencia del complejo hidroeléctrico Los Nihuiles. En su recorrido, se suceden 4 embalses:

  • El Nihuil (con sus represas, Nihuil I, Nihuil II y Nihuil III)
  • Aisol
  • Tierras Blancas
  • Valle Grande

El agua que se aprovecha en este complejo se utiliza principalmente para generar energía hidroeléctrica y para riego. En ese sentido, es esencial para la vida cotidiana de la población regional, así como para el turismo en toda la zona de Mendoza.

Sin la presencia de estas presas sería impensable, por ejemplo, el cultivo de uvas y la producción de vino, una de las principales actividades agrícolas de la zona. Así la tradicional ruta del vino, atractivo turístico de gran relevancia en la provincia a la que concurren turistas de todo el mundo, depende también de estas construcciones.

Recorrido por el cañón

Atravesar la ruta 173, que lleva desde El Nihuil hasta el Embalse Valle Grande es una experiencia inolvidable. Además de conocer las represas hidroeléctricas que abastecen la zona, podrás admirar bellísimos paisajes de montaña que realmente valen la pena.

Corriente de agua del Río Atuel en el cañón

Es un camino de aproximadamente 45 kilómetros, pero puedes tardar unas 4 horas en recorrerlo en automóvil, ya que el camino es de ripio, con algunas pendientes considerables. Además, hay diferentes paradas que señalan conjuntos rocosos que forman diferentes figurar. ¡Seguro que querrás bajar a admirarlos y a tomarte fotos! Por eso te recomiendo que dediques todo un día a recorrer esta imponente ruta.

Si no cuentas con tu propio vehículo, también puedes contratar una excursión que te conducirá por esta alucinante ruta de montaña.

Un viaje muy especial

Paisaje del Cañón del Atuel

La aventura que emprendieron Mariana Bollati y Pierre Heistein es admirable. Ella, mendocina; él, sudafricano radicado en Mendoza hace once años. Ante la evidencia de que el río se está acortando debido a la falta de cuidados, y con la premisa de que “no cuidamos lo que no conocemos”, se preguntaron si realmente conocían el río Atuel.

A partir de ese interrogante, se propusieron recorrer toda la extensión del río Atuel, desde su nacimiento en el corazón de Los Andes hasta que comienza a secarse, en las arenas del Desierto de Cuyo. Se enteraron de que eran los primeros en hacer este recorrido desde el año 1884 y los primeros en hacerlo en bote.

En un viaje de 43 días, recorrieron 480 kilómetros. Conocieron los secretos del río, conversaron con gente de los pueblos aledaños y filmaron un asombroso documental. Durante este proyecto, descubrieron que el río es lo que da vida a la región.

Atravesaron zonas tranquilas y zonas peligrosas, donde los rápidos se volvían violentos. También pasaron por algunas zonas que debieron cruzar a pie. Conocieron las vueltas del río, las montañas, los minerales, los cóndores, las aves de rapiña. Vieron patos, garzas, jilgueros, loros en las orillas, flamencos en las partes bajas. Supieron de la presencia de pumas salvajes. Aprendieron sobre el funcionamiento y la importancia de las represas.

Pero, sobre todo, descubrieron que el rio tiene un espíritu. Como cuenta uno de los pobladores en el documental, las comunidades originarias hablaban de este espíritu y lo respetaban. El agua tenía un sentido para ellos y por eso se la trataba como a un hermano más.

Para quienes amamos la naturaleza, es fundamental reflexionar sobre un turismo responsable y sostenible. Los viajeros y productores de este documental nos alientan con su experiencia a tomar conciencia sobre el cuidado de este y todos los ríos en nuestros viajes y en nuestra vida cotidiana. ¡No te lo pierdas!

 

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Soy Licenciada en Letras, redactora y correctora de textos. Amo los viajes y la escritura, los libros y la montaña, los caminos y las palabras.