Las tienes o no las tienes. Las vacaciones funcionan así. Hay quienes tienen suerte y pueden disfrutar de un par de semanas de descanso en agosto y otros que se conformarán con desconectar y viajar en septiembre, octubre o noviembre. Sin embargo, muchos cuentan con algún día suelto que alargan su fin de semana. Y esos también se pueden aprovechar (mucho más de lo que piensas).
Para desconectar lo que se dice desconectar no hace falta irse una semana al Caribe (aunque es un planazo, no te lo vamos a negar). Sin embargo, hay lugares que puedes visitar en pocos días. Solo hace falta apagar el móvil, hacer una maleta de cabina e ir con ganas de empaparte de cada uno de sus rincones. Por eso, y porque en Yo Amo Viajar TV también hemos tirado mucho de escapaditas exprés, te presentamos…
5 lugares donde poder viajar bueno, bonito y barato si solo tienes tres días
Tabarca
Ya hablamos de ella en ese artículo (Tabarca, la pequeña isla en la que desconectar si solo tienes un par de días), y esa es precisamente la razón por la cual nos ha llevado a volver a mencionarla. Es una isla de ensueño que no tiene nada que envidiarle a Ibiza y Formentera. Desconectar es pan comido (no hay cobertura), la comida es deliciosa, sus calas son una maravilla y no suele estar muy concurrida durante los días de entresemana. ¿Conclusión? Todo son ventajas.
Asturias
Patria querida. Tengas tres días o una semana, visitar Asturias siempre es una opción que merece (mucho) la pena. Te recomendamos hacer un roadtrip por el pueblo pesquero de Tazones, dejarte embaucar por Luarca y, cómo no, perderte por el casco histórico de Oviedo. Los monumentos son verdaderas joyas arquitectónicas.
Como parada histórica tampoco puedes dejar escapar el puerto de El Musel (Gijón); y si eres deportista, no olvides que hay una ruta súper popular de senderismo en el promontorio de Cimadevilla.

Sicilia
Es sinónimo de tradición italiana. Es dramática, romántica y embaucadora. Es Sicilia, una pequeña región al sur de Italia que cuenta con numerosos atractivos. Conducir por las calles sicilianas es un caos. No obstante, te recomendamos que alquiles un coche, ¡es la mejor forma de moverse!
Una parada obligatoria es la Catedral y el mercado Vucciria de Palermo (capital de la ciudad). Allí podrás disfrutar de la mejor gastronomía. Además, cerca encontrarás la Fontana Pretoria. ¡No olvides pedir tus deseos!
Puedes seguir tu viaje en Cefalú. El Ayuntamiento, el casco antiguo, el Monasterio de Santa Catalina, el Palazzo Pirajno o el Seminario Vescovile son algunos de sus imprescindibles. Y si te gusta la playa, ¡en Cefalú tienen las mejores de toda Sicilia! Arenas blancas, aguas turquesas y mucha tranquilidad. ¡Te saldrán unas fotos estupendas!
Selva Negra
No es un destino amazónico, pero sí tiene mucho encanto. Situado en Alemania, Selva Negra es conocido por sus famosos relojes de cuco, y a pesar de que no tiene selva, en ella encontrarás bosques frondosos con cascadas y lagos cristalinos que parecen de cuento.
Comienza tu escapada exprés en Baden Baden, una ciudad balnearia que aún conserva su aspecto del siglo XIX. Como era de esperar, es el lugar de descanso elegido por la burguesía de la época, pero no puedes irte de aquí sin ir (al menos un día) al Balneario de Caracalla. También te recomendamos que visites el casino de Kurhaus, es uno de los más bonitos del mundo. Y puedes terminar el día por las calles de Engelgasse y Höllengasse. ¡Te encantarán!
Tu próxima parada será Friburgo, la capital de la ciudad. Cuenta con un pequeño paseo que lo llaman “Paseo de Venecia” y tiene un mirador bastante bonito ubicado en el monte Schlossberg. Sin embargo, mi parada favorita de la ciudad son las cascadas de Tiberg y su casa de reloj de cuco. De verdad, es una monería.
Budapest
Es uno de nuestros lugares favoritos. La gente es hospitalaria, es bastante barato, y a pesar de que hay muchas cosas que ver, también hay tiempo para el relax (¡y eso es lo que queremos!).
El edificio del Parlamento, los zapatos en la orilla del Danubio (homenaje a las cuatro mil víctimas de origen judío que fueron asesinados durante la Segunda Guerra Mundial a manos de los nazis), el Bastión de los pescadores, la Iglesia de San Matías… ¡Prepara tus pies y no olvides ponerte calzado cómodo!
Uno de mis monumentos favoritos de Budapest es la Estatua de la libertad y también la Avenida Andrássy, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2002. También puedes ver el Mercado Central (¡es precioso!) o el Puente de la Libertad. ¡Lo único que está claro es que no te aburrirás y volverás con las pilas cargadas!